Masca la Iguana

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Luis Fernando Paredes Porras

lunes, 9 de julio de 2018

Dávila ante la historia





La historia es la novela de los hechos, y la novela es la historia de los sentimientos.
Claude Adrien Helvétius (1715 – 1771)Filósofo francés
Luis Fernando Paredes Porras*

Dávila es un gran manipulador - no en el sentido peyorativo de la palabra -, quizá por eso otros políticos lo odien tanto, porque no pudieron cada quien con sus estrategias, mover las emociones de la gente y obtener el voto, tal como “el chinanteco”  los obtuvo por segunda ocasión consecutiva y de forma histórica en su cantidad. Podrían caber las tesis de que se le odia porque se le envidia, porque no se le comprende o porque otros han tenido éxito al manipular la idea de que es el enemigo.

Fernando Bautista Dávila  apela a la posibilidad dada a la humanidad, el pasar a la historia de forma tal, que su nombre sea recordado favorablemente por más de tres generaciones, que es el tiempo en que pasamos al olvido si  nada hay que nos traiga al pensamiento de los vivos. Salir de la cantera del resto de los políticos del mundo y ocupar un lugar especial en la construcción del Tuxtepec contemporáneo. Puede moverle el ego, pues ya dice  el Eclesiastés que nos pasa a todos “vanidad de vanidades, todo es vanidad”, o su motivo sea el temor a Dios, a quien tanto ha mencionado en los últimos meses poniéndolo como testigo de sus intenciones y testereando el mandamiento aquel de “no jurarás el nombre de Dios en vano”, o bien puede ser resultado de una consciencia moral y las oportunidades que él mismo impulsó y el contexto le favoreció. Pero de entrada, ya aportó dos aspectos para la historia del municipio: el número de votos que obtuvo en las elecciones del 2018 y el ser el primer Presidente Municipal que se reelige de forma consecutiva en Tuxtepec.

Fernando Bautista Dávila, quien aspira a pasar a la historia de forma favorable – otros se ganaron a  pulso el ser referente de administraciones “malditas” y lenonas - tiene al enemigo en casa; sus principales detractores, ha quedado demostrado, están cercanos a él, lo adulan, tratan de corromperlo con actitudes muy distintas a las que dieron los votos para su elección y su reelección; agreden la imagen de Dávila con desempeños poco productivos, descuidados, indolentes, mediocres, mismos que causan resultados risibles dando hermosas oportunidades para que los enemigos de Dávila, que ahora son más y han quedado “lastimados”, puedan demostrar que aquello de “pasar a la historia” es una frase hueca que contradice lo que el emperador romano Marco Aurelio señaló, y quien por cierto pasó a la historia porque se murió en el siglo II después de Cristo y aún lo cita el mundo: “El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele”.

Sin embargo, gracias a desempeños extraordinarios de otros colaboradores cercanos es que le tocará gobernar a Tuxtepec en este momento en que a nivel nacional se ha reconfigurado de forma importante el concierto de las fuerzas políticas y la participación de la sociedad. Dávila deberá estar a la altura de las expectativas que generó Obrador en el país y en el mundo, claro está guardando las  proporciones, pero sin descuidar que el fenómeno del Davilismo es evaluado en un contexto estatal, nacional e internacional, aunque tenga colaboradores de estilo pueblerino que tienen que ser arrastrados por aquellos de más amplia visión, haciendo real aquello de: “a la larga, hasta el sombrero pesa”.

En los últimos discursos Fernando Bautista Dávila ha dado pistas del cómo pretende pasar a la historia y habremos de tener una postura crítica, creativa y ética ante ello, sin embargo, las miradas al desempeño de su administración, - la suma de todo su equipo -  evalúan de forma permanente más allá de la voluntad del líder, su carisma y habilidades políticas. Por los resultados colectivos también ya le dan un lugar a la actual administración pero en el sentido opuesto del pretendido y dicen, quienes lo sostienen,  tener elementos suficientes para demostrarlo.

Dávila es por ahora es el triunfador de la contienda y dicen que la historia la escriben los vencedores… pero hoy hay muchas formas de registrar los procesos y los resultados al alcance de cualquier ciudadano, con lo que cobra fuerza inusitada la visión de los vencidos.

La iguana sigue esperando en el arroyo Moctezuma se dignen a mirar sus condiciones,  me confía que no votó porque no puede, pero deseaba hacerlo aunque recelosa, no me dice quien le manipuló las emociones. Masca despacio, me pasa la cola sobre el hombro y me susurra que para pasar a la historia se debe tener lo que ella tiene para sobrevivir entre la mierda del arroyo. Guardo silencio esperando me brinde el secreto pero cuando se lo pido, deja de mascar, se trepa al árbol y desde la rama a donde toma el sol mueve la cola y me dice fuerte, segura, que eso ya causa honorarios, porque esa, esa es otra historia.

*Educador y comunicador mexicano

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